La Acrópolis de Atenas desprende una mezcla de fascinación y magnetismo. Sobre esta roca se gestionaron el designio del Mediterráneo durante casi mil años. La construcción de templos obedecía a la consagración como espacio religioso de primer orden en la Antigua Grecia. Y hoy, varios miles de años después, su conjunto arqueológico es uno de los más importantes del mundo.
La Acrópolis de Atenas (literalmente la ciudad alta) cubría la doble función: defensiva y sede de los principales lugares de culto, con templos en honor a las divinidades griegas. El principal es el Partenón o Templo de Atenea Partenos (Virgen), pero se suman el acceso monumental del Propylaia, el templo de Atena Niké o el Erecteión. La gran parte de los grandes templos fueron dirigidos por el escultor Fidias, bajo el mandato del tirano Pericles durante la Edad Dorada de Atenas. El diseño del Partenón fue obra de los arquitectos Ictino y Calícrates.
Bajo la mole rocosa, junto al barrio de Plaka, el museo de la Acrópolis, abierto en 2009, permite conocer y contextualizar el conjunto del mundo griego clásico. Varias colecciones recorren el arco temporal de la Época Arcaica y la Época Clásica, fundamentales en la consolidación del mundo griego, cimiento del pensamiento occidental. Un yacimiento de la altura de la Acropolis y el Partenón necesitaban un museo de igual envergadura, con una capacidad expositiva a la altura y con un formato de interpretación que con la cercanía que transmiten los grandes ventanales del edificio, permita trasladarnos geográfica y contextualmente.
Historia y construcción del Museo de la Acrópolis
Premiado por su elaborada concepción espacial y por la solución de reproducción de los frisos del Partenón, el museo es obra de los arquitectos Bernard Tschumi (suizo) y el griego Mijalis Fotiadis. Fueron necesarios 30 años de propuestas y concursos para conseguir cierto quorum a la hora de dar una solución arquitectónica que encajase con los restos del suelo y las necesidades de capacidad y exposición.
Los monumentos de la Acrópolis han resistido durante 2500 años todo tipo de situaciones que han hecho peligrar su preservación. Hasta el siglo XVII, los viajeros extranjeros que visitaban los monumentos describían los edificios clásicos como casi intactos. De hecho numerosos grabados así lo reflejan. En el siglo XVII una explosión ya dañó el Propylaia, donde se encontraba un almacén de pólvora. Treinta años después, los otomanos desmantelaron el Templo de Atenea Nike para emplear los bloques en la fortificación de la Acrópolis. Sin embargo, el año más fatal para la Acrópolis fue en 1687, cuando un cañonazo de mortero durante el asedio de Atenas, cayó de pleno en el Partenón, dañándolo gravemente. El mismo general Francesco Morosini intentó descolgar parte del friso, calculando mal los pesos y dañando esculturas que se precipitaron al suelo. Durante décadas la colina de la Acrópolis fue saqueada, y muchos pequeños fragmentos de las esculturas fueron llevados como un simple recuerdo.
En 1800 el complejo de templos de la Acrópolis aún conservaba la mitad de las decoraciones. El apoyo en la Guerra de Independencia contra los otomanos por parte de alemanes, franceses, rusos e ingleses se cobró un precio. Aprovechando esa situación de poder, se llevaron a sus museos importantes piezas del patrimonio arqueológico de la Acrópolis. Despiezado y saqueado, partes del Partenón fueron llevadas a museos de Europa como El British Museum en Londres, , los Museos Vaticanos en Roma, o el Louvre en París. No solo los únicos, en total 8 instituciones tienen o bien fragmentos o bien partes considerables del Partenón.
En el siglo XIX Lord Elgin, embajador británico inició el mayor expolio de esculturas arquitectónicas intactas del friso, las metopas y los frontones del edificio. Los llamados mármoles Elgin son la parte del friso del Partenón más importante en manos de museos extranjeros. En 2006 el gesto simbólico de una afable jubilada sueca llamada Birgit Wiger-Angner. Su bisabuelo había recogido un trozo de mármol en la Acrópolis y se lo había llevado de recuerdo. Aún siendo una pieza pequeña del templo de Erecteion, su gesto tuvo detrás una carga sentimental importante para los gestores del Museo de la Acrópolis, que habían lanzado una campaña para que los fragmentos volvieran a Atenas. La Universidad alemana de Heidelberg también respondió a la petición y entregó una talla del friso norte, al igual que el Vaticano o el Museo Arqueológico Regional Antonio Salinas de Palermo. En Inglaterra incluso se creó un Comité Británico por la Reunificación de los Mármoles del Partenón. El British se escuda en la gratuidad que permite visitar el museo inglés y los restos del friso desde 1816, y en que la entrega requeriría el visto bueno del Parlamento de Westminster, algo que ningún partido ha puesto sobre la mesa.
En cuanto a los primeros intentos de construcción de un museo de exposición de los restos de la Acrópolis, fue a partir de la independencia de Grecia tras la retirada otomana cuando se planteó la idea. Europa vivía un momento ilustrado, de recuperación de los valores clásicos del mundo griego y romano. Mientras se maduraba la idea, parte de los fragmentos fue almacenado en una cisterna en el oeste del Partenón.
En 1863, se decidió construir el Museo en el lado sureste del Partenón y se comenzaron las obras a finales de 1865 por parte del arquitecto Panages Kalkos, y culminadas en 1874. La altura del edificio del museo no superaba la del Partenón. Con solo 800 metros cuadrados de espacio, se vio claro ya desde un primer momento que el edificio era insuficiente para acomodar los hallazgos de las grandes excavaciones en la Acrópolis que habían empezado en 1886. En 1888 se anunció la creación de un segundo museo, el llamado Pequeño Museo. Entre 1946 y 1947 se llevó a cabo la obra, y aunque varias décadas funcionó de forma satisfactoria, en la década de 1970, el Museo no podía hacer frente a la gran cantidad de visitantes que llegaban.
El nuevo Museo de la Acrópolis fue concebido por primera vez por Constantinos Karamanlis en septiembre de 1976, y aunque ya planteaba la ubicación actual en el barrio de Makriyianni , se necesitaron más de 30 años para que viese la luz. Los sucesivos concursos públicos para adjudicarlo, en 1976 y 1979, no tuvieron un final feliz. En este impas, el gobierno griego ya en 1989, inició la reclamación de la devolución de los Mármoles del Partenón al Museo Británico. Otra iniciativa fue poner a buen recaudo las partes originales del friso que durante años estuvieron a la intemperie y sensibles a la intensa contaminación de Atenas. Iniciadas las obras del nuevo museo, el hallazgo de restos de un barrio ateniense en el subsuelo con las primeras catas hizo que se tuviera que reformular la construcción, para conservarlo e integrarlo en el futuro museo. En 2000 el nuevo concurso sirvió para que finalmente la propuesta del arquitecto suizo-estadounidense Bernard Tschumi y de su socio, el griego Mijalis Fotiadis, fuese aceptada.
La construcción del moderno museo de la Acrópolis causó en su momento un debate airado entre atenienses y en general griegos. Para levantarlo hubo que barrer literalmente 26 edificios donde se asienta y se destinaron 129 millones de euros en un contexto de crisis financiera en toda Europa, con Grecia al borde del abismo. La infraestructura es la inversión más cara de la historia de Atenas.
La misma excavación del subsuelo sirvió para sacar a la luz un barrio entero de la antigua ciudad griega, con restos de edificios de época romana y medieval. Tschumi y Fotiadis supieron estar a la altura a la hora de innovar e integrar el hallazgo en la construcción del edificio, dando como resultado un museo que levita sobre los restos visibles del antiguo barrio que estaba oculto a los pies de la Acrópolis.
El 20 de junio de 2009 el museo abrió sus puertas, generando una expectación mundial por conocer su interior. Poco antes, a finales de 2007 y 2008 se fue trasladando de forma cuidadosa el conjunto de piezas con varias grúas instaladas para mover las esculturas de gran volumen desde el antiguo museo en lo alto de la Acrópolis.
Con más de 25.000 metros cuadrados de superficie, 14.000 de ellos están dedicados a la exposición de los restos hallados en las excavaciones de la Acrópolis y los templos de… En las nuevas salas, las piezas respiran en un espacio diez veces más grande que el anterior museo situado en lo alto de la Acrópolis.
Los arquitectos quisieron dotar al museo de tres conceptos sobre los que girase su espacio: luz, movimiento, y concepto tectónico y programático. La luz como necesidad para que un edificio como el templo del Partenón, que originalmente estaba al aire libre, tuviese una iluminación similar con la reproducción del área superior que se visita en la tercera planta. El movimiento como secuencia histórica, cronológica y cinegética de las esculturas que forman el fondo de esculturas del museo. Y programático para que la comprensión de la Acrópolis tenga un sentido contextual.
Los materiales empleados previenen problemas estructurales derivados de terremotos, ya que Atenas está situado en una zona de destacada actividad sísmica. El cuerpo de acero y hormigón armado es robusto, sostenido por pilares que al mismo tiempo han permitido preservar los restos del barrio ateniense hallados durante las primeras fases de construcción del museo. De forma complementaria el vidrio para dar claridad y transparencia y diferentes tipos de mármoles, se integran y reparten en el suelo.
Cuando la luz del día se apaga, el contraste de las sombras de los visitantes con la iluminación de los frisos de la última planta, ofrece un juego chinesco que parece sacado de una obra clásica griega.
VISITA AL MUSEO DE LA ACRÓPOLIS
El edificio lo forman cuatro niveles de recorrido museístico, si bien la segunda planta está formada por el restaurante y la terraza panorámica. En el subsuelo, la apertura del yacimiento hallado durante la construcción del museo, ha permitido añadir un elemento más a la visita.
El recorrido del museo sigue una línea cronológica, lo que permite ver la evolución del uso de la Acrópolis, desde los primeros asentamientos neolíticos hasta el momento de máximo esplendor del mundo griego. Es recomendable seguir el itinerario propuesto por el museo, que va ascendiendo hasta el tercer nivel y posteriormente desciende visitando la parte del segundo nivel que había quedado pendiente.
QUÉ VER EN EL MUSEO ACRÓPOLIS
En el interior del museo se observan restos y piezas de los santuarios de la falda de la Acrópolis, partes del Partenón, los Propileos, el Templo de Atenea Niké y el Erecteion.
NIVEL 0
En el nivel 0 se encuentra la entrada, con una cafetería, la tienda, el guardarropa, una sala dedicada a las exposiciones temporales y la taquilla donde comprar las entradas al museo.
Después de pasar los tornos automáticos se accede a un corredor con piezas relacionadas con las laderas de la Acrópolis, donde están espacios como el odeón de Herodes Áticus, el Teatro de Dioniso, o santuarios como el de Asclepio. Por ejemplo podemos encontrar joyas, vasijas de cerámica, elementos de uso cotidiano o juguetes.
Las maquetas reflejan la evolución constructiva de la Acrópolis, y la disposición de elementos añadidos a lo largo de la historia en sus laderas y en la explanada de la roca. Desde los primeros asentamientos, hasta la ocupación otomana, podemos entender la transformación de la morfología de los templos.
NIVEL 1
Las escaleras conducen al nivel 1 o primera planta, donde el itinerario gira en el sentido de las agujas del reloj para bordear toda la planta hasta encontrar de nuevo las escaleras mecánicas.
El conjunto que vemos antes nuestros ojos representa a la época arcaica, datada entre los siglos VIII y VI a.C. (final de las guerras persas) entre los que se distinguen los restos del templo de Atenea o de piezas anteriores a las Guerras Médicas como el Moscoforo (estatua de un joven que porta sobre sus hombros un ternero), la colección de Kores ( estatuas femeninas arcaicas, entre las que destacan la Kore del Peplo, la Kore de Antenor, la Kore de Eutídico y la Kore nº 674) o el frontón de Hidra. Uno de los conjuntos más impresionantes son los cuatro caballos de mármol de la cuadriga.
Después de visitar el tercer nivel con la Sala del Partenón el recorrido recomendado desciende hasta el primer nivel donde se exponen los hallazgos de los Propileos y del pequeño templo de Atenea Niké.
PROPILEOS
Los Propileos eran una serie de edificios que servían como acceso occidental a la Acrópolis. Construidos durante el mandato de Pericles entre el 437 a. C. y 431 a. C. reemplazaron a los viejos propileos de época de Pisístrato. Los pórticos funcionaban como fachadas de templos dóricos, con un pórtico exterior y tres columnas jónicas que hacían de sostén de un techo de mármol azul con estrellas. Se llegaba a través de la escalinata de acceso que tiene a la derecha según se asciende, el templo de Atenea Niké.
ATENEA NIKÉ
Junto a las piezas de los Prolipeos están las correspondientes al templo de Atena Niké, o Atenea Victoriosa. El edificio conmemoraba la victoria sobre los persas en la batalla de Salamina (480 a. C.)
LAS CARIÁTIDES DEL ERECTEION
El último espacio de la primera planta que se visita es el relacionado con el Erecteion, donde destaca la Sala de las Cariátides. Las Cariátides son columnas talladas con forma de mujeres sacerdotisas, y en este caso pertenecientes al edificio del Erecteion, situado a uno de los lados del Partenón. Su funcionalidad era sostener una parte del templo, y al mismo tiempo ser un complemento estético. El Erecteón o Erecto se erigió en honor a los dioses Atenea Poliastre y Poseidón y a Erecteo, rey mítico de la ciudad. De estilo jónico, se construyó entre el año 421 a.C. y 406 a.C. con una planta irregular, adaptándose al desnivel del terreno. De los tres pórticos, el que se orienta al sur contaba con la tribuna de las Cariátides. El templo y las Cariátides estaban pintadas con decoración policromada, de la que aún se observan restos. El conjunto de columnas está incompleto ya que la sexta cariátide se encuentra en el museo londinense. Los pliegues de las túnicas, la forma trabajada para reproducir sus cabellos y su composición armónica son una de las más apreciadas del conjunto del museo. Desde el balcón donde se encuentran las Cariátides hay un mirador perfecto para ver el continuo movimiento de visitantes al museo.
NIVEL 2
El nivel de la segunda planta es de tránsito, aunque se puede hacer una parada para comprar souvenirs en la tienda, comer en el restaurante, o tomar algo en su terraza panorámica con vistas a la Acrópolis.
NIVEL 3
SALA DEL PARTENÓN
La tercera planta del museo – la más alta- contiene la Sala del Partenón, dedicada al templo principal de la Acrópolis. Reproduce a tamaño natural los tímpanos, los frisos y las metopas del templo a partir de los fragmentos originales que hay en Grecia, ya que como comentábamos, hay parte del tesoro arqueológico en otros museos.
La distribución espacial es tan fiel que incluso está desviada 23º respecto al resto del edificio del museo, exactamente en la misma disposición longitudinal del Partenón. a Través de los ventanales podemos ver toda Atenas, incluyendo la vista que da al norte, donde se alza la Acrópolis.
En lo que sería el interior del templo hay un espacio con sillas donde se reproduce un breve documental con la historia de la construcción del templo. En el área original dentro del Partenón estaba en su día una estatua de la diosa Atenea, obra también de Fidias, hecha con oro y marfil, y con una altura de 13 metros. En el lado opuesto de la sala otro vídeo nos cuenta la historia de la destrucción y reconstrucción del Partenón.
Junto a la escalera también hay una maqueta de la Acrópolis, que permite estudiar con detenimiento la distribución de los templos del «monte sagrado «.
Después de visitar el interior accedemos al recorrido que rodea la estructura que reproduce la parte alta del Partenón. Al rebajarse la altura, es posible admirar los frisos, metopas y otras partes de la decoración. Incluye partes originales y reproducciones (en otro tono cromático para diferenciarlas) de los restos que hay por ejemplo en el British Museum
El hecho de que se pueda observar la decoración en el orden y posición originales permite, ya sea con guía o audioguía, entender el relato heroico y mitológico de la narración esculpida en el Partenón. Desde las diáfanas vidrieras se obtiene una de las mejores vistas de la Acrópolis, pudiendo comparar que incluso la orientación del Partenón es la misma que la de la sala superior del museo. El contraste entre la exposición y la Acrópolis sobre la roca, funciona como un diálogo filosófico y arquitectónico. Y pese a los 280 metros que lo separan, el eco de las voces de la Grecia Clásica se escucha con las piezas que llenan el museo.
El friso constaba de 115 bloques que representaban la procesión de las panateneas, donde 378 figuras humanas y 220 animales caminaban en procesión ocupando 160 metros de longitud. En el Museo de la Acrópolis se conservan sólo 50 metros, ya que 80 metros están en Londres y otros museos. La procesión de veneración a Atenea la instituyó el mítico rey Cécrope.
Las escenas de los frisos que se situaban en los frontones de cada extremo del Partenón representaban por un lado el nacimiento de Atenea de la cabeza de Zeus y por el otro la lucha entre Atenea y Poseidón por la posesión del Ática.
Rodeando el templo y haciendo de revestimiento se situaban las metopas, paneles decorativos esculpidos con escenas de la gigantomaquia (combate entre dioses y gigantes ), la lucha de los atenienses contra las amazonas (amazonomaquia), la lucha entre centauros y lápitas (centauromaquia), y la toma de Troya. Eran 92 en total, 15 de las cuales se encuentran en Londres.
Un buen consejo es completar la visita al Museo de la Acrópolis con la entrada al Museo Arqueológico, donde se hallan algunas de las piezas más importantes halladas en excavaciones de las antiguas ciudades helenas.
Información y horarios de visita
Horarios y tickets para su visita al Museo de la Acrópolis.
Horario de la temporada de verano (1 de abril – 31 de octubre).
Lunes 8:00 a.m. – 4:00 p.m. (última entrada: 3:30 p.m.)
Martes a domingo de 8:00 a.m. a 8:00 p.m. (última entrada: 7:30 p.m.)
Viernes 8:00 a.m. – 10:00 p.m. (última entrada: 9:30 p.m.)
Horario de la temporada de invierno (1 de noviembre – 31 de marzo)
Lunes a jueves de 9:00 a.m. a 5:00 p.m. (última entrada: 4:30 p.m.)
Viernes 9:00 a.m. – 10:00 p.m. (última entrada: 9:30 p.m.)
Sábado a domingo de 9:00 a.m. a 8:00 p.m. (última entrada: 7:30 p.m.)
La excavación arqueológica debajo del museo está abierta durante las siguientes horas:
Horario de la temporada de verano (1 de abril – 31 de octubre).
Lunes 8:00 a.m. – 4:00 p.m. (última entrada: 3:30 p.m.)
Martes a domingo de 8:00 a.m. a 8:00 p.m. (última entrada: 7:30 p.m.)
Horario de la temporada de invierno (1 de noviembre – 31 de marzo)
Lunes a domingo de 9:00 a.m. a 5:00 p.m. (última entrada: 4:30 p.m.)
El museo permanece cerrado los días siguientes: 1 de enero, domingo de Pascua ortodoxo griego, 1 de mayo, 25 y 26 de diciembre. Por otro lado el Viernes Santo, el Museo de la Acrópolis se abre desde las 12 del mediodía hasta las 6 p.m. y el sábado de Pascua, de 8 a.m. a 3 p.m.
En agosto, luna llena y noche europea de museos, el Museo de la Acrópolis funciona hasta las 12 de la noche. En la víspera de Navidad y en la víspera de Año Nuevo (24 y 31 de diciembre), el Museo de la Acrópolis abre de 9 a.m. a 3 p.m.
Es posible hacer fotografías sin flash en algunas zonas del museo, y terminantemente prohibido en aquellas indicadas, como la sala dedicada a la época arcaica o la sala de las laderas de la Acrópolis. Se pide comprensión y respeto para abstenerse de tomar fotos y que dañan la delicada policromía. Del mismo modo no se deben tocar las piezas.
Es obligatorio dejar en el guardarropa mochilas y bultos ya que la aglomeración de visitantes y el valor incuantificable de las piezas hace que un movimiento en falso pueda dañar para siempre el patrimonio.
Las reservas de grupo (de 15 a 50 visitantes) se pueden organizar por teléfono al +30 210 9000903, de lunes a viernes, de 9:00 a.m. a 5:00 p.m. Los grupos sin reserva corren el riesgo de que se les niegue la entrada al Museo debido al aforo limitado.
Las reservas de grupos escolares se pueden organizar por teléfono al +30 210 9000903. El Museo también ofrece varias opciones educativas para niños y educadores.
Entrada gratuita: El museo es gratis el 6 de marzo (En memoria de Melina Mercouri), 25 de marzo (Fiesta nacional griega), 18 de mayo (Día internacional de los museos), 28 de octubre (Fiesta nacional griega).
Tiendas / Cafetería y Restaurante.
Las tiendas operan durante las horas de apertura del Museo y cierran 15 minutos antes de la hora de cierre del Museo.
El Café y el Restaurante abren durante las horas de apertura del Museo con los últimos 30 minutos antes del cierre. Todos los viernes el restaurante del segundo piso funciona hasta las 12 de la noche.
PRECIOS MUSEO DE LA ACRÓPOLIS
Temporada de invierno (1 de noviembre – 31 de marzo)
Entrada general: 5 euros.
Entrada reducida: 3 euros.
Temporada de verano (1 de abril – 31 de octubre)
Entrada general: 10 euros.
Entrada reducida: 5 euros.
Los billetes están disponibles para la venta en la taquilla del museo o a través de su servicio de venta de boletos electrónicos. La entrada es gratuita para estudiantes de la Unión Europea, jóvenes de hasta 18 años, y periodistas que acudan con la documentación que los acredita.
Es importante recalcar que la entrada a la Acrópolis, ya sea en simple o combinada (con acceso a varios espacios arqueológicos) no es válida ni complementaria para el Museo de la Acrópolis de Atenas, siendo independiente.
El museo dispone de accesos para personas con movilidad reducida, con rampas y ascensores para moverse en silla de ruedas por las diferentes salas del museo de la Acrópolis.
Teléfono
En las taquillas hay folletos en español con el mapa del museo y las indicaciones del recorrido para visitarlo de la forma adecuada.
Web: www.theacropolismuseum.gr mail:info@theacropolismuseum.gr
Cómo llegar al Museo de la Acrópolis
Depende de que la zona donde nos hallemos en Atenas es más fácil y rápido caminar hasta la entrada del edificio del Museo, que está en la ladera sureste de la colina de la Acrópolis. Si acudimos en transporte público las mejores opciones son la línea 1 del Metro con parada en la estación Thissio o incluso mejor la estación Akropoli de la línea 2 del Metro.
AUTOBÚS
Líneas 24, 40, 57, 103, 106, 108, 111, 126, 134, 135, 136, 137, 155, 206, 208, 227, 230, 237, 790, 856, Α2, Α3, Α4, Β2, Β3 , Β4, Ε2, Ε22 (parada: Makriyianni)
TROLEBÚS
Líneas 1, 5, 15 (parada: Makriyianni)
METRO
Línea 2 (Anthoupoli-Elliniko) hasta la estación Acrópolis
TRAM
Parada: Leoforos Vouliagmenis
PARKING BICICLETAS
Hay aparcamientos para bicicletas en la entrada principal del Museo, en la pasarela peatonal de la calle Dionysiou Areopagitou, y en la salida de la estación de metro de la Acrópolis, donde los visitantes que van en bicicleta al Museo pueden reservar sus bicicletas.
PARKING MUSEO
El museo no dispone de aparcamiento público. El estacionamiento está disponible en las siguientes calles cercanas al Museo: Hatzichristou, Dimitrakopoulou, Veikou, Mitseon, Parthenonos, Karyatidon. El estacionamiento de pago está disponible en las calles Rovertou Gali y Falirou.
Mapa de la ubicación del Museo de la Acrópolis
La dirección del museo es Dionysiou Areopagitou 15, Atenas, CP 117 42.